La palabra fracaso de una relación, según varios teóricos, se refiere a un “resultado adverso en una situación que se esperaba sucediese bien”, ante esto, indudablemente al momento de elegir una pareja, aspiramos pasar nuestras vidas con ellos, formar una familia, o sin ir muy lejos, durar un tiempo importante hasta lograr encontrar una estabilidad y conexión emocional gratificante.
Sin embargo, a medida que pasan los años de convivencia, van surgiendo retos y obstáculos, de acuerdo a la perspectiva de cada quien, que van generando barreras en la comunicación, en la expresión de cariño y otros aspectos que ocasionan una fractura en la relación que, algunas veces se puede reparar y otras no ocasionando así el fracaso de la relación.
Algunos factores que influyen en el fracaso de una relación son las variables individuales, autoestima, expectativas, historia de vida, estilo de apego, creencias, antecedentes de enfermedades médicas o mentales, las cuales son personales y se forman desde sus primeras experiencias con sus cuidadores o tienen motivos biológicos. La otra variable tiene que ver con la dinámica de la pareja, cómo se ha desarrollado o evolucionado en el transcurso de los años, estilo de convivencia, de comunicación, expectativas de ambos, familias, aspiraciones, confianza, manejo de finanzas, sexualidad, acontecimientos importantes, hijos….
Sin embargo, todas estas varían con el tiempo y fomentan la aparición de dificultades para expresarse, desacuerdos, infidelidades, falta de atracción física, sexual, desamor u otros motivos que generan incomodidad y malestar a ambos o a un miembro, es necesario considerar buscar ayuda terapéutica.
Escrito por:
Psicólogo Ruth Guanipa
Expertoe