Desde hace muchos años existe una rivalidad de géneros, ya que la progresiva liberación femenina de la mujer independiente ha hecho que gane espacios de autodeterminación, desarrollo profesional e independencia económica.
Lo que ha llevado que muchas mujeres se concentren en conseguir cada meta que se propongan y hagan que algunos hombres las vean como una amenaza para su ego masculino.
Puede llegar a ser un problema para los hombres. Ya que ellos por cultura se creen los proveedores de la familia y muchas veces, no saben cómo interactuar con la pareja.
Por lo general las mujeres muy independientes ya saben qué tipo de pareja quiere, así que una vez que detectan que el candidato en cuestión no es para ellas deciden dejar las cosas allí.
Ya que las prefieren con un carácter maternal y atencioso con respecto de los cuidados de la casa.
Porque son bellas, inteligentes, prósperas y resueltas, logran llamar la atención de muchas personas, y suelen tener montones de pretendientes, pero no los adecuados. Como es muy visible el hecho de que están en la mira, algunos hombres buenos, pero que son más tímidos, permanecen en la retaguardia, y cuando finalmente deciden confesarse, ya no hay vuelta atrás.
En lo personal como mujer, tener tanta independencia ha hecho que no permita que los hombres mantengan el control sobre la mujer y por ende no tener el control de la relación. Ya que la mujer no es sumisa, al contrario, la mujer puede proveer a la casa lo mismo o más que el hombre que es su pareja.
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