Hay situaciones en las que, por decisión consciente o por circunstancias externas a nuestra elección, sentimos la necesidad de realizar cambios en la forma de afrontar la realidad.
Así mismo, cuando suceden hechos imprevistos nos vemos empujados inevitablemente a tomar otra actitud. Los mecanismos que se ponen en acción son los que están arraigados en nuestro inconsciente y que hemos adquirido a lo largo de las experiencias de nuestra vida.
Nuestra forma de actuar a los cambios
Esos modos de actuar, aprendidos desde nuestra niñez, se activan automáticamente sin que seamos conscientes de tomar una decisión.
La reacción involuntaria ante los eventos inesperados de cambios
Adicionalmente, provoca que las emociones y las consecuencias derivadas de las mismas las vivamos como una repetición de eventos pasados.
Esto da lugar a que tengamos la sensación de que la vida se desarrolla como un círculo vicioso en el que nos sentimos inmersos y del que no podemos salir.
Nuestras experiencias se convierten en una evocación de las vivencias pasadas.
Todo lo vivimos como un “más de lo mismo”.
Llegamos a un punto en el que ya no nos vale lo que hasta ese día nos valía, ya no nos sentimos a gusto con ser como somos y… ¡SENTIMOS LA NECESIDAD DE CAMBIAR!
Los OCHO pasos fundamentales para los cambios que necesitas:
AGRADECE QUIEN HAS SIDO HASTA HOY Y COMIENZA LOS CAMBIOS
Has llegado hasta aquí por cómo has pensado, cómo has sentido, cómo has reaccionado y cómo has vivido hasta el día de hoy.
A todas las personas con las que te has relacionado les has aportado experiencias que han dejado una huella (mayor o menor) en sus vidas. Ellas, a su vez, han impactado en otras. Y esas en otras… Y así hasta el infinito.
Quien has sido hasta el día de hoy merece reconocimiento por “SER”, independientemente de sus acciones.
Di a tu yo: “Gracias por ser como eres”
DESPIDETE DE TU ANTIGUO YO
Todo fue como tenía que ser.
Sólo la ausencia de juicio te permite desvincularte emocionalmente.
Toma la decisión desde la parte más amorosa de ti mismo.
Mencionale a tu antiguo yo: “Gracias por lo que me diste. Te tomo en mi corazón”
ADEMAS, DISPONTE A EXPERIMENTAR LA VIDA Y SUS CAMBIOS
Mira con deseo y alegría todo lo que te rodea.
Todo existe para ser vivido y experimentado.
Como decía aquel personaje de película: “la vida es una caja de bombones”. Unos te gustarán más y otros menos, pero todos te aportarán aprendizajes que te permitirán sentirte más pleno día a día.
Repite a tu nuevo yo: “Elijo la Vida”
FIJA TUS PROPIOS OBJETIVOS
Mira hacia adelante.
El mundo es un infinito campo de posibilidades. Mira, contempla, decide y fija tu atención en una de ellas.
Elije en función de cómo te sientes con cada posibilidad.
No cedas tu poder a nadie fuera de ti. Sólo uno mismo es el que vive su vida. Nadie mejor que tú para decidir por ti.
Di a tu nuevo yo: “Yo elijo”
PONTE EN ACCION SIN JUICIOS
¡Haz!
Nos arrepentimos más de no hacer que de hacer.
La vida es equivalente a la acción, al movimiento.
Deja de pensar sobre las cosas y lánzate a realizar pequeños o grandes proyectos sin entrar en juicios en términos de “debo, tengo, puedo” “no debo, no tengo, no puedo”.
Toda acción es posible si es tu yo interno decide que es posible.
Afirma a tu nuevo yo: “Yo hago”
ADICIONALMENTE, RESPETA CADA PASO QUE DAS
Al igual que tu antiguo yo, el que ahora eres se forma a partir de cada paso que das.
Todo en ti tiene el objeto de crear esa nueva persona que has decidido ser.
No hay equivocaciones, no hay errores todas son experiencias para crecer.
Di a tu nuevo yo: “Veo la grandeza en cada paso que doy”
SIENTE CADA EXPERIENCIA
Conéctate contigo mismo, con todos tus sentidos físicos y con tus emociones.
Tapa tus ojos durante unas horas y siente. Te darás cuenta de que hay otros sentidos además de la vista. Experimentarás sensaciones físicas más intensas y tomarás conciencia de muchas partes de tu cuerpo que ignorabas.
Escribe en un papel distintas emociones y evócalas una a una. ¡Permítete SENTIR!
Di a tu nuevo yo: “Yo siento”
FINALMENTE, VIVE EN GRATITUD
Desde el agradecimiento se abren las oportunidades para avanzar con fuerza en la vida.
Todas las experiencias suponen un antes y un después en quienes somos.
Aporta. Enseña. Experiencia.
Vivir en la queja te ancla al pasado y la energía del cambio se bloquea.
La Gratitud te conecta con las múltiples posibilidades abriéndote el campo de experiencias que están en una vibración más en sintonía con quien tú has decidido ser.