El cuerpo humano está diseñado para el movimiento y se dice que el 44% de los españoles no hace ninguna actividad física, ni siquiera camina una hora a la semana. Sin embargo, caminar está al alcance de todos, puedes hacerlo en cualquier lugar y a cualquier hora del día y no requiere entrenador ni equipo especial, tan solo un calzado cómodo y fuerza de voluntad.
Previniendo enfermedades cardíacas y accidentes cerebrovasculares porque aumenta el ritmo cardíaco, hace más flexibles las arterias, reduce la tensión y disminuye los niveles del colesterol LDL.
Los músculos encuentran la energía que necesitan para su funcionamiento quemando el azúcar que circula en nuestra sangre.
Aumenta los niveles de serotonina y noradrenalina, mejorando la respuesta de nuestro organismo ante el estrés y estados depresivos.
Caminar un mínimo de 10 km a la semana mejora la concentración, la memoria y la agilidad mental.
Todo depende del tiempo, de la intensidad y del peso de cada uno, pero, una caminata de una hora a buen ritmo puede consumir alrededor de unas 270 kcal.
Colocar los músculos en marcha hará que requiera más energía y se estimulará el consumo de calorías por más tiempo mientras estamos en reposo. Cuanta más masa muscular generes, más quemarás.
Con la actividad física la producción de serotonina aumenta, generando una sensación de saciedad y bienestar.
Los atracones no se producen por hambre, sino por ansiedad o aburrimiento y caminar ayuda a disipar el exceso de adrenalina que se genera en nuestro organismo cuando tenemos un ataque de ansiedad.
Ya que facilita la digestión y alivia el estreñimiento, dejando la sensación de hinchazón y malestar.
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