Todos los días los padres nos enfrentamos a diferentes situaciones que nos colocan en la disyuntiva de intervenir o dejar que los problemas “se resuelvan solos” y de allí la interrogante de cuando debemos intervenir en los problemas de los hijos. Esta segunda opción es algo ajena para que la situación se mejore.
Proteger demasiado a los niños es malo porque no aprenden a sacarse las castañas del fuego, y tienen que saber buscar estrategias para tolerar sus frustraciones y afrontar sus conflictos de forma eficaz. Muchas veces como padres intervenimos, con toda la buena voluntad, pero creamos un efecto contrario, ya que inconscientemente, enviamos un mensaje subliminal de que ellos no sirven y les baja la autoestima; y si los niños son mimados o sobreprotegidos piensan que son incapaces de hacer algo ellos solos.
Poniendo nombre a cómo se siente. Todos los sentimientos pueden aceptarse, pero ciertas acciones deben ser frenadas, como cuando llega la violencia física. Por ejemplo, se le puede decir al niño: “Entiendo que te hayas enfadado con tu hermano. Ahora dile lo que quieres con la boca, no con los puños”.
Para prevenir los conflictos entre hermanos o amigos, es necesario enseñar a los hijos a tolerar la frustración. “Es muy importante ayudarlos a controlar la frustración que les genera no tener lo que desean en cada momento, ya sea el juguete del otro o la atención de sus padres.
Eso se aprende en casa, con unos límites y normas claras. Asimismo, hay que enseñarles autocontrol. “Muchos niños presentan verdaderas dificultades para controlarse en casa, incluso aunque sí ejerzan este autocontrol en otros contextos, como en el colegio”.
No simplemente enseñarles a hablar, sino animarlos a que puedan hablar abiertamente en casa, de lo que les está pasando, de sus miedos, de sus pequeños problemas. Todo esto manteniendo una actitud de escucha abierta y serena.
Cuando la disputa es leve es bueno dejar que los niños arreglen sus desavenencias solos. En los casos en que los padres sí intervengan, la psicóloga Morales explica que su papel debería restringirse a “establecer de antemano cuáles serán las consecuencias de una pelea cuando es entre hermanos:
Por ello, es importante transmitir la idea de que no son los padres los que castigan en estas situaciones, sino que son los hijos los que provocan situaciones que conllevan consecuencias.
Escrito por: Expertoe
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